La esclera puede sufrir procesos inflamatorios que formen parte de enfermedades sistémicas o pueden ir aislados. Su inflamación puede ser superficial (episcleritis) o profunda (escleritis).
EPIESCLERITIS
Inflamación de la esclera superficial la cual se presenta de forma aislada o asociada a enfermedades sistémicas. Los principales síntomas son enrojecimiento ocular agudo (que puede darse en los dos ojos a la vez), y dolor moderado que puede irradiar a la cabeza, aunque en muchas ocasiones es indoloro.
En cuanto al tratamiento, en ocasiones no es necesario, ya que se puede resolver sola. Sólo utilizaremos antiinflamatorios o corticoides tópicos en casos moderados o graves. En caso de epiescleritis asociada a enfermedades sistémicas será necesario el tratamiento de ésta.
ESCLERITIS
Inflamación de la esclera profunda y la conjuntiva suprayacente, que en la mayoría de los casos se encuentra asociada a enfermedades sistémicas.
El motivo de consulta suele ser un dolor ocular profundo con ojo rojo, lagrimeo, sensibilidad a la luz y disminución de la agudeza visual.
En cuanto en tratamiento, la escleritis sintomática se trata con antiinflamatorios orales (ibuprofeno, indometacina). En escleriris graves se recomienda el uso de corticoides sistémicos (prednisona) con reducción paulatina. En caso de enfermedades sistémicas, si no se controla con corticoides, pueden administrarse inmunosupresores bajo control con su internista.
La epiescleritis y la escleritis tienen muchos signos comunes, por lo tanto, la historia clínica y la exploración clínica nos son de gran ayuda para su diagnóstico diferencial:
- El dolor de las escleritis es muy intenso y agudo. En ocasiones irradia a las orbitas y a la cabeza, mientras que en las epiescleritis es punzante y ardiente.
- En consulta podemos diferenciar la escleritis de la episcleritis instilando fenilefrina colirio al 10% y observando si el ojo vuelve a su color natural quitando el enrojecimiento. Si eso ocurre estamos ante el caso de una episcleritis (inflamación superficial).