Los ojos, los grandes olvidados en verano. No debemos olvidar este verano la protección de nuestros ojos con unas gafas de sol que nos aíslen de la radicación solar con unos cristales homologados y un buen filtro solar, no compradas en lugares que no nos garanticen su calidad. En cuanto a los más pequeños, el ojo de un niño es mucho más sensible a la luz solar ya que el cristalino no regula del todo la penetración de la radicación. Además, los jóvenes y los niños, en verano permanecen durante más tiempo al aire libre sin ningún tipo de protección en sus ojos, lo que a la larga se traduce en una aparición de cataratas a una edad más temprana. Se recomienda el uso de gafas sol a partir de los 5 ó 6 años así como el uso de gorros o sombreros y evitar la exposición en las horas de máxima intensidad, de las doce del mediodía a las cuatro de la tarde.
Las frutas y verduras nuestros mejores aliados: en verano nuestra alimentación es mucho más ligera. Ensaladas, frutas o verduras son los alimentos más consumidos y también son los ideales para cuidar nuestra vista. Aquellos alimentos ricos en antioxidantes como las frutas tropicales, los cacahuetes, las legumbres o el pescado reducen el riesgo de padecer cataratas, actúan como protectores de la luz y luchan contra los radicales más nocivos para la vista.