Cuando se produce una quemadura ocular, deberá acudir inmediatamente al oftalmólogo, que convenientemente seguirá un protocolo similar al siguiente:
– Anestesia local con gotas. Lavado con solución salina o mejor bufer citrato isotónico.
– Limpieza mecánica con la ayuda del microscopio de lámpara de hendidura o microscopio quirúrgico. Eversión de ambos párpados. En caso preciso, aquinesia palpebral e inyección retroocular de xilocaína al 2%.
El primer día, lavados cada media hora: alternativamente, uso de gotas de solución de ascorbatosódico al 10% y antibiótico con corticoide, 2 veces al día, gotas de escopolamina o atropina.
Por vía oral, vitamina C, 1 g cada 12h o 200 mg 5 veces al día.
2 veces al día 5-100 mg. de indometacina o diclofenac por vía oral o en supositorio. En la quemosis intensa o existencia de áreas isquémicas, intervención quirúrgica antiinflamatoria, en los primeros días; según la lesión, peritonía parcial, peridectomía, extirpación de necrosis, colgajo conjuntival, plastia de cápsula de Tenon, epitelio artificial. Al 2º día se dejará dormir al enfermo.
Ulteriormente, se seguirá el tratamiento establecido, y el oftalmólogo irá prescribiendo la aplicación de solución isotónica, cada hora, gotas de antibiótico-corticoide o solución de ácido ascórbico, alternativamente. Mantendrá el tratamiento oral como anteriormente, si lo considera necesario, e irá realizando frotis conjuntival de gérmenes y resistencia, cada semana. Normalmente se continuará con el tratamiento citado hasta que el ojo no acuse la menor irritación y se haya epitelizado.